Crecí en un ambiente competitivo y me tomó tiempo darme cuenta quien era el verdadero enemigo. Me llevo tiempo saber que la competencia es buena cuando sabemos identificar al verdadero oponente. Me llevo tiempo saber que mi peor enemigo puedo ser yo mismo.
Luchar contra mis inseguridades, miedos, pasiones es una batalla que cada día debo conquistar.
La conquista de mis fallas es lo que se ha transformado en mis éxitos.
Yo espero dar el 100% porque se que por cada punto porcentual que invierta en lo que hago, mi maestro, guía y más importante Padre pondrá el resto por su hijo.
Col 3:17
Y todo lo que hagan de palabra y de obra háganlo en el nombre del Señor Jesus, dando gracias a Dios el Padre, por medio de El.