Ayuda del Espiritu Santo

Al inicio del siglo 19 vivió un escultor llamado Dannecker, uno de los mejores artistas del mundo. Se especializaba en labrar imágenes de dioses Griegos. Dannecker quería producir una obra maestra y el puso toda su atención en esculpir una figura de Cristo.

La obra ya terminada de Dannecker fue tan hermosa que provoco suspiros de admiración de todos los que la veían.

La noticia de la obra maestra finalmente llego a los oídos del emperador Napoleón. “Ven a Paris”, Él lo invito. Esculpeme una estatua de Venus para el Louvre.

El artista Dannecker de forma política respondió. Señor, las manos que esculpieron a Cristo no podrían esculpir a otro Dios que no sea Cristo.

Una vez que se han tocado las manos con las cicatrices de los clavos, no se puede vivir de la forma en la que se vivia anteriormente.

Cuando se ha tocado lo que es sagrado, comienza uno a ver todo lo demás de forma diferente.

Debe haber actividades que se deben dejar atrás, hábitos que se deben romper, relaciones que no podemos continuar. Pero como podemos aspirar alcanzar una santidad digna de Dios? Inmediatamente nos podemos dar cuenta que simplemente no podemos, porque estamos propensos a pecar. Ese es el motivo por el cual Jesucristo murió por nosotros, porque de otra forma no habría esperanza en alcanzar la santidad(pureza) que Dios espera que nosotros.

Aun cuando no podemos lograrlo por nuestras propias fuerzas, la biblia nos pide ser santos(puros).

Pareciera una paradoja. Como podemos vivir siendo puros mientras que estamos rodeados de tanta tentación?

El Espíritu Santo es la respuesta.

La perspectiva y el conocimiento que tienes de Dios si importa.

Hay algún área en tu vida donde estas batallando para ser puro? Pide ayuda al Espíritu Santo. Pidele no solo que te ayude a resistir la tentación, pidele que cambie el enfoque de ser tu el centro de atención a que el enfoque sea conocer mas a Dios y su poder a través de su palabra.

Dios es Santo.

“Tu debes ser santo porque Yo soy santo”
1Pedro 1:16

Porque Dios es santo, me entregare a el en pureza, adoración y servicio
Romanos 6:22